EL MUSEO CAU FERRAT, INCAPAZ DE REVALORIZAR SU COLECCIÓN DE HIERRO

El Museo Cau Ferrat de Sitges conserva la mejor y más completa colección de hierro existente en el sur de Europa, formada por la antigua colección Rusiñol y la perteneciente a la Junta de Museos de Catalunya. Por este motivo, en el año 1933, el entonces director de los Museos de Arte de Cataluña, Joaquim Folch i Torres*, planteó convertir el Cau Ferrat en un referente internacional sobre las artes del hierro. Su proyecto incluía, además del museo, una escuela de forja, un centro de estudios del hierro y una biblioteca especializada con una sección monográfica dedicada a los hierros antiguos.

Tras la Guerra Civil, el proyecto de Folch i Torres cayó en el olvido y los hierros del Cau Ferrat fueron marginados y condenados al ostracismo. El desconocimiento existente sobre la colección y sobre la importancia histórico-artística del hierro motivó que, en el año 1999, los entonces responsables técnicos del Consorci del Patrimoni de Sitges -ente gestor del museo creado en 1995-, decidiesen retirar los hierros expuestos en el Palau Maricel desde 1936. Yo misma fui una de las personas encargadas de revisar el inventario y de almacenar las colecciones de la Junta de Museos en la sala de reserva del Consorcio.

Aquel mismo año 1999, propuse impulsar el olvidado proyecto de Folch i Torres e iniciar una serie de actuaciones destinadas a paliar algunas de las deficiencias que afectaban a la investigación y dinamización de la colección. La respuesta de los entonces responsables del museo Cau Ferrat fue absolutamente negativa y al cabo de pocos días pasé a engrosar las listas del INEM. El tiempo está demostrando que su decisión fue un error y que la suma de una gestión realizada en clave excesivamente local y una política cultural basada en la marginación del conocimiento científico sólo podía conducir hacia una deficiente revalorización de la colección más querida de Rusiñol y a un incumplimiento de sus idearios. No olvidemos que éste había reclamado para sus hierros el mismo tratamiento que se daba a las Bellas Artes, responsabilidad que recayó en los gestores y técnicos del museo desde el momento en que aceptaron la donación de Rusiñol.

80 años después de su inauguración, el museo Cau Ferrat sigue siendo incapaz de impulsar y revalorizar su rico patrimonio férreo... ni siquiera tiene fuerzas para organizar una pequeña actividad divulgativa (ver página web adjunta).
La falta de personal científico -eliminado por supuestos criterios de gestión- y la excesiva funcionarización de sus técnicos, resultan determinantes para comprender su deriva: en el Cau Ferrat sólo existe la pintura y, sin personal científico preparado, nunca podrá ser un referente en las artes del hierro.



* En enero de 2011 Joaquim Folch i Torres fue proclamado 
   hijo adoptivo de Sitges por el Ayuntamiento de esta población.

Lluïsa Amenós

PÁGINA DE LOS MUSEOS DE SITGES:
http://www.museusdesitges.com/

BIBLIOGRAFÍA: